Pensar y diseñar experiencias con actitud Zeta
Cómo abordar el reto de diseño y qué técnicas utilizar para diseñar la experiencia cuando tus usuarixs son adolescentes.
En general, en un proyecto de investigación con usuarixs, solemos rompernos la cabeza pensando en cómo abordar el reto de diseño, es decir, qué técnicas utilizar para diseñar la experiencia. Por suerte, hay organizaciones que han compartido recursos en forma de toolkits donde se almacenan muchas técnicas de valor, sea cuál sea la fase en la que te encuentres. IDEO, HyperIsland o UOC son buenos ejemplos de ello. 😊
Estas técnicas suelen ayudar en la mayoría de los proyectos de investigación con usuarixs, sin embargo, ¿qué pasa cuando tus usuarixs son el ser más complejo de investigar? Sí, hablo de esos que visten top crops, pantalones cargo y llevan Airpods: los adolescentes.

La adolescencia es una fase… rara. La odias o la amas, pero no te deja indiferente. En mi caso, recuerdo la adolescencia desde la fascinación, pues fue ahí donde empecé a relacionarme con elementos core de la cultura digital: Facebook nació cuando yo tenía 10 años, Twitter cuando tenía 12 e Instagram cuando tenía 15. 🤯 El nacimiento de lo que conocemos como redes sociales nos ayudó a toda una generación de jóvenes a la hora de expresar nuestra identidad. Y no sólo ellas, sino videojuegos como los Sims también sumaron en este camino, pues la representación de la diversidad en los juegos no es sólo una validación, sino también tiene el poder de dar forma a las normas sociales y ayudar a los más jóvenes a sentirse representadxs.
Esta necesidad de expresarnos y relacionarnos con el mundo, no me parece casual que se catalizara en un momento tan crucial como fue el confinamiento del 2020. Y es que, esa necesidad nos permitió, de alguna manera, volver a conectar con nuestro yo más adolescente: íbamos en pijama, jugamos a videojuegos, y sobre todo, veíamos muchos, muchos Tik Toks.

Una de las cosas más difíciles en la investigación con usuarixs es llegar a colarse en un espacio tan íntimo — y con tanta información — como es la habitación de un adolescente. Y ahora, Tik Tok nos acerca a esa bedroom culture más que cualquier técnica de un toolkit al uso. Y es que si en algo bueno son los adolescentes del 2023, es en ser expertos en comunicar de manera abierta temas que les causan miedo y ansiedad. Lo complejo es entenderles, pues tienen su particular manera de expresarlo desde el humor y lo absurdo.
@gabriellemorin1 Can relate 🙃 #fyp #foryoupage ♬ original sound – austin weber
Y es que su manera de relacionarse con lo digital marcará su manera de interaccionar con el mundo, pues son una generación que no utiliza Google para buscar, sino Tik Tok. De hecho, este artículo de TechCrunch, señala cómo los servicios principales de Google, incluidos Search y Maps, se ven afectados por una creciente preferencia por las redes sociales como primera parada a la hora de realizar búsquedas por parte de los usuarixs más jóvenes. Todo eso nos hace estar atentxs, pues como disciplina centrada en el usuarix, no podemos ignorar la manera de ver el mundo de las nuevas generaciones.
¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de diseñar una experiencia para un adolescente?
Las nuevas generaciones — Zetas y Alfas — son personas con una alta capacidad de alfabetización digital: consumen, crean y comparten contenido, lo que requiere habilidades tanto cognitivas como técnicas. El adolescente que creíamos que estaba en su habitación haciendo nada dominan herramientas de colaboración y aprendizaje en línea de programas que pocas veces ha utilizado. Son rápidos y expertos a la hora de interaccionar con lo digital, claro, apenas tienen recuerdos analógicos.
Esta manera de relacionarse con lo digital también puede dificultar su capacidad de atención. Es por ello que Sherwin & Nielsen (2019) proponen algunas características relacionadas con la atención que podemos tener en cuenta para mejorar la usabilidad de nuestros diseños en relación a los usuarixs más jóvenes:
1. Se distraen a menudo.
Aunque pueden sentirse segurxs en lo online, no son invencibles: cometen errores y, a menudo, se frustran rápido. Pantallas donde perciban mucho texto podría suponer demasiada carga cognitiva para ellxs.
🔥 Podemos mostrar el contenido en fragmentos pequeños y significativos con mucho espacio en blanco ya que ayudan a retener información y continuar donde la dejaron (es lo mismo que hace Netflix para recordarnos en qué capítulo nos hemos quedado). Soluciones como el autocorrector de Google también ayuda mucho al usuarix a dar con lo que busca.

2. Se aburren rápido.
Vivimos en una era hiperdigital y, aunque disfrutamos de sus muchos beneficios, esta nueva forma de vida también ha creado usuarixs con poca paciencia (Salazar & Morán, 2019). Para captar la atención de los jóvenes, hay webs o apps que integran funcionalidades interactivas, pero ojo, aquellas que son de valor son las que tienen cierta utilidad, sino podrían llegar a penalizar la experiencia. Según Joyce & Nielsen (2019), las mejores experiencias son aquellas que enseñan algo nuevo y/o los mantienen enfocados en una meta.
🔥 Escribir también es diseñar. Podemos ayudar a mantener el foco eligiendo qué palabras queremos resaltar, frases cortas o utilizar puntos para apoyarnos en la estructura del contenido y ayudar al usuarix a mantener la atención durante una tarea.

3. Retienen poca información.
En general, su capacidad de memoria de trabajo es incluso menor que la de los adultos, de hecho, el estrés y la ansiedad son causas comunes de pérdida de memoria a corto plazo. Además, durante el uso de las aplicaciones sufren muchas interrupciones, por lo que la probabilidad de olvidar información es aún mayor. Facilitar entrevistas con adolescentes requiere de trabajo adicional para obtener la información que se necesita y por eso tenemos que tener en cuenta la carga cognitiva de una sesión.
🔥 Por ejemplo, lograr que los jóvenes piensen en voz alta suele ser un desafío. Para algunxs, puede parecer poco natural y otros simplemente pueden olvidarse de hacerlo después de unos minutos. Los tests con adolescentes deben contener lenguaje simple, evitar términos complejos o bien, proporcionar las instrucciones verbalmente.
En resumen…
Descubrir mi yo digital lo recuerdo muy bien, quizá es por eso que me mueve tanto el querer entender cómo se relacionan los más jóvenes con el mundo a partir de lo digital. Y es que, lejos de “asustarme” esos adolescentes que van por la calle y escuchan trap, si algo me asusta, es el día en el que viva los cambios socioculturales desde el aburrimiento, osea el día que tenga actitud boomer.
Es por ello que pienso que, como disciplina centrada en el usuarix, de la misma manera que tenemos en cuenta el consentimiento legal, también tenemos que reajustar, actualizar o ampliar nuestros recursos metodológicos. Por ejemplo, igual que hacemos trabajo de campo en tiendas de ropa, restaurantes o centros de salud, también podemos hacerlo en Tik Tok y apostar por la netnografía como una herramienta más de nuestros toolkits 😊
Si empatizar con el usuarix es clave en cualquier proceso de diseño, entender la mentalidad de esos nuevos usuarixs nos ayuda a obtener nuevas perspectivas a la hora de abordar un reto de diseño. Y es que sí, tener adolescentes cómo usuarixs es un reto, pero sobretodo algo inspirador. Vivirlo desde aquí nos ayuda a pensar diferente y aprender otra manera de relacionarnos con lo digital, y sobre todo, entrenar nuestra manera de pensar y diseñar experiencias con actitud Zeta.